Una tienda con mas de 100 años de existencia a sus espaldas. Desde los años 50 zapatería especializada en zapatillas, sandalias y playeras con el nombre de Calzados Cantero.
Anteriormente era una tienda que vendía, aparte de todo tipo de alpargatas, una serie de cosas de las que actualmente no queda ni memoria. Unas lámparas llamadas Petromax que se encendían en los comercios y las casas en las frecuentes ocasiones en las que fallaba el suministro eléctrico. Parece que tambien vendían un producto llamado asperón que solo los mas antiguos del lugar reconocerían hoy. Se trataba de una especie de arenas de sílice en pastilla que completaba la labor de los jabones a la hora de la limpieza de cacharros de cocina. Todavía recuerdo el estropajo, una estopa, que con el asperón producía el mismo efecto que los actuales spontex duros. Hay una preciosa historia contada en wikipedia sobre el inventor del asperón. Un recio soriano llamado Casto Hernandez que encarnaba todas las virtudes de la raza del comerciante castellano. Durante muchos años y hasta la llegada de los detergentes modernos su producto era imitado y copiado y las tiendas que lo vendían tenían enorme éxito.
Anteriormente era una tienda que vendía, aparte de todo tipo de alpargatas, una serie de cosas de las que actualmente no queda ni memoria. Unas lámparas llamadas Petromax que se encendían en los comercios y las casas en las frecuentes ocasiones en las que fallaba el suministro eléctrico. Parece que tambien vendían un producto llamado asperón que solo los mas antiguos del lugar reconocerían hoy. Se trataba de una especie de arenas de sílice en pastilla que completaba la labor de los jabones a la hora de la limpieza de cacharros de cocina. Todavía recuerdo el estropajo, una estopa, que con el asperón producía el mismo efecto que los actuales spontex duros. Hay una preciosa historia contada en wikipedia sobre el inventor del asperón. Un recio soriano llamado Casto Hernandez que encarnaba todas las virtudes de la raza del comerciante castellano. Durante muchos años y hasta la llegada de los detergentes modernos su producto era imitado y copiado y las tiendas que lo vendían tenían enorme éxito.
Hoy, la zapatería sigue regentada por la viuda de Cantero. Una encantadora señora con “ochenta y muchos años” que se permite el lujo de parlamentar con su clientela. Venden todo tipo de alpargatas y zapatillas. Desde las mas modernas de diseño ibicenco o menorquín hasta las mas tradicionales de fieltro y suela de goma que tantos pies han calzado por generaciones. El establecimiento tiene el marchamo de “tradicional” que otorga la Cámara de Comercio. La fachada y el interior conserva ese aire de tienda de toda la vida que le permite mantener el encanto comercial de otras épocas.
El artículo original de este post apareció en el blog del Ángel de Olavide en Enero de 2009
El artículo original de este post apareció en el blog del Ángel de Olavide en Enero de 2009
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