Parece que el amor por los perros de los vecinos de la Plaza de Olavide tiene mucha tradición. En mis viajes por el pasado he encontrado una pequeña y curiosa crónica en el ABC del 15 de marzo de 1911, hace ya por lo tanto la friolera de los cien años.
Parece que los vecinos se opusieron hasta con violencia a que los laceros del ayuntamiento capturasen a un pobre perro vagabundo. Hubo hasta dos detenidos. Sus nombres que deberían figurar en el tablón de los heroes precursores de las sociedades animalistas de nuestros días eran José y Leocadio Jiménez. Albañiles para mas detalles. A lo mejor es que el perro que pretendían salvar era un discípulo del famoso perro Paco de las crónicas mundanas de aquel tiempo
Hola, tiene muy buena pinta este nuevo blog tuyo. Además acabo de aprender una nueva palabra:lacero. Nunca la había oido. A mi perro no le gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.