Original artefacto publicitario multimarca en la Plaza de Olavide. Con un cierto aire retro- variante película del oeste- diferentes establecimientos de los alrededores de la plaza visualizan sus negocios. A fijarse en el formidable candado que sujeta el mueble urbano pirata al árbol.
Las calles de la ciudad, nuestra
ciudad, se están convirtiendo en una selva de señales comerciales piratas,
desordenada y caótica. Cualquier negocio se siente legitimado para colocar en
calles, sobre todo en las esquinas próximas, soportes, señales, indicadores y artilugios
que apunten hacia su establecimiento.
Este formato pizarra parece ser el más utilizado como señalizador de esquina |
No escribo con ánimo depurador o
prohibicionista. La vida está muy achuchada y el comercio en general busca
reforzar lazos con el público a través de todo tipo de procedimientos
promocionales. Otra cosa son los resultados que obtienen. Dudo que estas
prácticas sobre las que comento resulten muy positivas. Tiendo a pensar que,
incluso, pueden resultar agresivas para el ciudadano y con consecuencias
negativas desde el punto de vista de la imagen. Sobre todo, en momentos en los
que publicidades menos agresivas, más directas y personales, están muy
facilitadas a través de medios o redes sociales digitales.
Luego está el impacto urbano de
la presencia en las calles de miles de objetos distintos, de dudoso gusto la
mayoría, anclados a mobiliario público como semáforos o arbolado, molestando al
tráfico en ocasiones y compitiendo por la atención de los viandantes en una
confusión de señales cacofónica y sin que se vea orden ni concierto. Todavía
solo son unos pocos audaces comerciantes los que toman la iniciativa. Pero las
modas y la propia competencia entre unos y otros negocios- a fin de cuentas ¿si
el de al lado lo pone por qué yo no?- puede llevarnos a convertir las esquinas
en unos espacios feos e ingobernables. Si sumamos a ello el propio desastre del
mobiliario urbano, las marquesinas y los soportes publicitarios regulados, la
conversión de las aceras en parkings generalizados de motos, las terrazas y
tantas cosas más terminaremos por convertir la ciudad, ya lo es en gran medida,
en una pesadilla estética y vivencial.
Señalizador king size. |
¿Qué hacer? Puede haber
respuestas para todos los gustos. Desde las prohibicionistas, de hecho, las
ordenanzas municipales no consienten estas prácticas, hasta la permisividad
total. Creo que todo esto merece un debate entre los ciudadanos, los propios
establecimientos, la industria publicitaria regulada, la administración
municipal y los colectivos más afectados por estas prácticas que no son otros
que los vecinos con menor movilidad, los peatones, las personas con capacidades
reducidas, los niños, etc.
Puede que la solución pase por
crear nuevos soportes regulados o por lo menos una reglamentación que siendo más
permisiva que la actual persiga una estética y un orden más adecuados para la
buena convivencia vecinal y a favor de la igualdad de acceso de todos y cada
uno de los establecimientos comerciales a pie de calle.
Por mi parte queda abierto el
debate entre los lectores del blog y los interesados. Tienen mí plataforma a su
disposición.
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