29 de abril de 2011

PALABRAS PROPIAS DE MADRID

Don Hilarión en San Isidro
Ni don Hilarión sigue hablando en madrileño. Foto licencia CC de la colección en Flickr de Jesús Hurtado.


El recién aparecido  Diccionario de madrileñismos. Voces patrimoniales y populares de la Comunidad de Madrid (Ediciones La Librería) del profesor Manuel Alvar recoge palabras que se emplean o se han empleado en la Comunidad de Madrid.

Algunas de ellas proceden de los argots populares típicos de la llamada habla castiza  que ya no utiliza ni siquiera Don Hilarión, o de diferentes jergas carcelarias o del caló. Otras muchas vienen del conocido como lenguaje cheli. Pongamos por ejemplo las siguientes:
-TROMPITOS o GABRIELES. Los garbanzos del cocido
-PALPUSA. La gorra de chulapo
-IDIOMAS Y TALENTOS. Vieja denominación para referirse a las lenguas y a los sesos de animales que se vendían en las casquerías tradicionales.
-DAR MULÉ. Matar a alguien

Otras palabras son propias de los viejos lenguajes campesinos que se hablaban en la región como:
-BRINCADERA. Piedra superior de una tapia
-CALANDRIA. Por alondra.

Y pocas mas  responden a viejas épocas pero en determinados contextos  siguen siendo utilizadas tales como:
-SIMÓN. Coche de caballos de alquiler
-CHISPERO. Vecino dedicado al oficio de la forja durante la época de la preindustrialización, siglo XVIII que hoy se aplica por extensión a los vecinos del barrio de Chamberí.         

Algunas otras responden a las recetas tradicionales de la cocina madrileña y a los usos culinarios:
-COCIDO DE TRES VUELCOS. Cocido madrileño de tres platos diferenciados a la hora de servir: sopa, garbanzos y verduras y la carne con la pilota o pelota.
-GALLINEJAS. Intestinos y tripas de res asados, normalmente de cordero.
-ROSQUILLAS TONTAS, LISTAS, DE SAN ISIDRO, etc. Especialidades de la repostería.
En nuestro barrio, a pesar de ser una de las pocas reservas espirituales del Viejo Madrid, es difícil escuchar la gran mayoría de esas palabras repertoriadas por el profesor Alvear. Hay una taberna que se llama CHIPÉN,  en la que se exponen una serie de pinchos con nombres muy tradicionales tales como tigres- para los mejillones fritos- por ejemplo. Por cierto que CHIPÉN es otro tradicional madrileñismo con el significado de “estupendo”.

Lo que si se sigue dando en Madrid son unas particulares formas de expresión que para nosotros son normales pero que a nuestros visitantes les llaman la atención. Es verdad que también son expresiones y palabras en trance de extinción. Por ejemplo. Algunos seguimos diciendo la ca Alcalá en vez de la calle Alcalá. O “nos apeamos” de los autobuses y no “nos bajamos”. Decimos “amos, hombre” en vez del mas legítimo “vamos, hombre”. Decimos “vamos a coger un tasis” así en plural. Manías que nos identificaban pero que me temo que ya si eso. Por supuesto seguimos terminando Madrid con zeta. Puede que sea nuestra última seña de identidad. En los tiempos de Internet y de las redes sociales todos terminaremos hablando igual: en inglés de tercera.

Ahora que escribo esto recuerdo que hace muchos años uno de nuestros mas celebrados dramaturgos, Alfonso Sastre, publicó un muy interesante libro titulado “Lumpen, marginación y jerigonza”, seguramente descatalogado. Altamente recomendable.

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