29 de abril de 2011

La crónica negra del barrio


No hay barrio que se precie sin su cuota de criminalidad histórica. De criminalidad digna de ocupar las páginas de la conocida como crónica negra.

En los primeros años 80 del siglo pasado la plaza de Olavide y el barrio de Trafalgar sufrieron una ola de trágicos crímenes con un alto contenido político relacionado con bandas de ultraderecha. Pero no son de ellos de los que quiero hablar ahora. Están envueltos en una especie de bruma de olvido y pocas personas del barrio los recuerdan, puede ser porque afectaron a marginales como mendigos y drogadictos. 

Pensaba extenderme en la crónica del conocido como “crimen de la calle Fuencarral”, posiblemente el mas famoso suceso de la crónica negra histórica de Madrid. Al haber ocurrido supuestamente en la calle Fuencarral 109, a la altura de la glorieta de Bilbao, me dije para mí mismo que rememorar aquellos sucesos pudiera ser un motivo de escribir sobre algo ocurrido en nuestro barrio. Pero en mis primeras averiguaciones me entero, gracias a la magnífica investigación de la periodista Patricia Gosálvez de El País, con todo el dolor de mi corazón, que el número 109 de aquellos tiempos corresponde al actual número 95 en la esquina de Fuencarral con Divino Pastor. Para mí todo lo que ocurre de puertas adentro de los muros viejos de Madrid corresponde a otra jurisdicción bloguera. Digo yo que se ocupen de ello mis admirados amigos de SomosMalasaña. Con esto de los números de las calles Madrid ha sufrido en pocos años grandes cambios. Incluso en barrios antiguos como el nuestro. Por lo tanto hay que andarse con ojo.

En cualquier caso difícil tengo competir como cronista con el mismísimo Don Benito Pérez Galdós que se ocupó de relatar para sus lectores aquellos acontecimientos que llenaron la vida de los madrileños durante las largas sesiones judiciales que ocasionaron.

Me he reservado en exclusiva y como compensación el relato de un crimen ocurrido en la misma plaza de Olavide el 3 de Julio de 1917. En una taberna de la calle de Olavide un hombre llamado Fulgencio Samperio Torroba disparó mortalmente a Juan Benavente Martín. Juan Benavente había sido puesto en libertad días antes después de haber sido declarado inocente de otro crimen cometido un año antes, en la glorieta de Quevedo, contra un hermano de Fulgencio. Parece que Juan había sido novio de una hermana de los Samperio a quien había dejado abandonada. Al recriminarle ese abandono se produjo una pelea mortal en la que el hermano de Fulgencio tuvo las de perder. Fulgencio juró venganza y por lo que se ve no tuvo que esperar mucho tiempo para cobrársela. Ni mucha distancia entre los lugares del crimen. De toda esta historia me he enterado por el fácil procedimiento de seguir la hemeroteca digital del ABC.

3 comentarios:

miguel dijo...

En aquellos tiempos se apelaba mucho a aquello de la honra y la deshonra.Fue motivo de muchos ajustes de cuentas.En cuanto a la ola de criminalidad en olavide por parte ultra en los años 80,si me apeteceria que abordaras un articulo sobre ello,aunque respeto que no te apetezca demasiado hacerlo,al margen de los poca informacion que hay entre la ciudadania,sin duda por lo que tu señalas:fue contra indigentes.Yo tengo vagos recuerdos,recuerdo alguna explosion,corrillos de curiosos,algunos que equivocados pensaban que habia estallado una bombona de butano.Y aquel tipejo al que le llamaban EL ALEMAN,un indeseable que sembro el panico en la plaza entre la chavaleria.Amparado por sus colegas ultras,trato de imponer su ley.Te podia quitar tu bicicleta o apropiarse de cualquier otra cosa tuya,y cualquiera le tosia,llamaba a sus colegas y te podias preparar.En ese momento no piensas que detras de todo esto habia un trasfondo politico y de presunta "limpieza".Luego,ves,oyes y lees y te vas percantando.Cuando eres un adolescente no sabes darle forma a todas estas historias.Ojala algun amigo que viviera aquello,saltara a la palestra y nos contara mas detalles.Tambien se podria tocar otra cronica negra que tambien acontecio al principio de los 80,que fue la lacra de la droga,con focos concretos muy proximos a olavide,como lo zona de la calle luna,la zona del 2 mayo y malasaña,chueca(antes de la irrupcion gay),los alrededores de tirso de molina,etc,Con la anuencia de inoperantes alcaldes que fomentaron el consumo como el sobrevalorado Tierno Galvan que solo se preocupaba de ganarse a las masas juveniles con soflamas como aquello de HAY QUE COLOCARSE,Y AL LORO Y VIVA LA MOVIDA.Fueron años terribles en este sentido,muchos se fueron al otro barrio por culpa de este y otros señores que no supieron atajar esta lacra.Quien viviera cerca de esas zonas que he mencionado,lo sabra.Fue espeluznante.

Ángel de Olavide dijo...

Hola Miguel. No es que no me apetezca. Es que la información con la que cuento no permite ir mas allá de recontar lo que dijeron los papeles de la época. Efectivamente faltan testimonios personales. Por eso el tuyo, el que acabas de dejar aqui, es muy valioso.

Un abrazo

miguel dijo...

Muchas gracias como siempre.Quien puede saber algo quiza sean los dueños de determinados establecimientos tales maracana,calzados cantero o la mujer del difunto lucas el panadero...Al hilo de nuevo del tema droga,en olavide hubo un antro-bar llamado big ben que estaba esquina a raimundo lulio y alli se trapicheaba de lo lindo.

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